Perdonar, perdonarse.

Si te convirtieras en un espejo, ¿Qué reflejarías?

Si lo haces buscando la calma y no el reproche, podrás ver reflejado lo que has permitido, lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo. Pero sobre todo, podrás empezar a reflexionar sobre lo que se puede cambiar y lo que no.

Dejar atrás resentimientos. Aprender a perdonar y a olvidar cosas del pasado que pueden estar consumiendo tu liderazgo positivo. Aquellos que te hicieron daño estaban haciendo lo mejor que podían desde donde se encontraban en su viaje por la vida. Si hubieran podido hacerlo mejor, lo habrían hecho mejor. Y, por último, tienes que comprender que solo las personas heridas hieren a otras personas. Una persona con una vida interior superior, es incapaz de herir a nadie. (El líder sin cargo)

Silencio…

Es en este contexto en el que creo que el concepto de perdón resulta interesante. Como un rayo de luz, entra para aportar la calma suficiente para reconstruirte a ti mismo. No implica el olvido, ni la justificación, pero libera del rencor que puede estar condicionando tu presente.

Y entonces te sorprendes. Renunciar y soltar es más fácil, reconocer y reconocerse también.

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